jueves, 25 de agosto de 2011

Cualidades de un buen texto

La claridad del lenguaje y el estilo
se afinca en el escogimiento apropiado de las palabras y la construcción acertada de las oraciones,
de modo tal que el destinatario
pueda comprender sin dificultad el
pensamiento del emisor. Se considera como el atributo más destacado de la lengua española.
Esta cualidad se alcanza, en gran
medida, cuando los términos se
emplean con propiedad, es decir,
con el significado y la categoría
gramatical propios, las palabras se
colocan en el orden debido dentro
de la oración para evitar ambiguedades, se puntúa correctamente y
se evita el uso tanto de frases y
modismos regionales como de
siglas y abreviaturas poco
frecuentes.
La impropiedad en el uso del léxico
consiste en emplear un término
con un significado distinto del suyo.
Algunos ejemplos comunes:
asesoría por asesoramiento,
alimenticio por alimentar/o, a través
de por mediante, por medio de;
infringir por infligir, ubicar por
localizar ... Las causas principales
de la impropiedad son el
desconocimiento del vocabulario,
la inseguridad respecto a los
significados y, muchas veces, la
falta de atención al redactar.
Las anfibologías, oraciones
susceptibles de varios significados,
atentan contra la claridad. Generalmente, se originan en la colocación
inadecuada de los elementos pues,
al cambiar el orden de los componentes oracionales, surgen diversas interpretaciones posibles. Asimismo, pueden originarse en la redacción descuidada. Entre las más
comunes, aparecen en los periódicos Sandalia para mujer negra, Cuna para niño de madera, Pantalón
de vestir mujer, Camisa para papó
Polo, Ron Abuelo Añejo, Se
necesita personal de ambos sexos,
Empleada para dormir en el
trabajo.
Por la flexibilidad del español, la
construcción de sus oraciones no
está sometida a reglas fijas. Sin
embargo, la falta de cuidado al
ordenar los elementos a veces
provoca oraciones anfibológicas,
nocivas para la claridad por la
doble interpretación posible.
En todos los escritos es
imprescindible la claridad; pero en
pocos es tan inexcusable como en
los referidos a la salud y la vida
humanas. Las frases y oraciones
ordenadas sencillamente deben
prevalecer sobre las complejas,
construidas por abundantes
oraciones subordinadas; el
vocabulario de uso escaso debe
ceder ante el más conocido para
garantizar la transmisión nítida de
los conceptos.

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